EL RELOJ DEL CAMPANARIO DE LA
IGLESIA DE SAN PEDRO
En esta entrada quiero resaltar
un objeto de más de 100 años que pasó de su época de explendor al más extremo
de los olvidos hasta que por fín alguien se dio cuenta de la importancia de
rescatar esta pieza que forma parte de la historia de Artajona y que, en si
misma, es de una gran belleza.
Esta entrada no habría sido
posible sin los datos, explicaciones y las fotografías que tanto Carmen Izco
como Ignacio Asurmendi como Daniel Iriarte me han facilitado en estos últimos
días.
El reloj del campanario de la
Iglesia de San Pedro fue adquirido por el párroco Eugenio Mendioroz a la
empresa vitoriana Hijos de Ignacio Murua en el año 1913, pagando por ella,
incluídos los portes, un importe de 3.316,30 pesetas.
El reloj fue instalado en el alto del campanario e iba conectado a una campana que se encargaba de emitir el sonido cada cuarto de hora. En las horas había que esperar cuantas campanadas se oían para saber la hora exacta.
El sonido emitido por la campana cuando se marcaban las horas exactas tenía una intensidad, tono y timbre muy característicos digno de admirar. La campana que funcionaba las 24 horas del día se oía desde todos los
extremos del pueblo.
En su momento, este aparato supuso
una gran ayuda ya que en aquellos tiempos la gente carecía de reloj.
Un empleado del Ayuntamiento se
encargaba diariamente de dar cuerda para que la máquina estuviera siempre en
marcha. Entre 1971 y 2000 el aguacil Murillo se encargó de este trabajo. Daniel
Iriarte desde el 2000 al 2006 fue la última persona en mantenerlo siendo
relevado, cuando estaba de vacaciones por Pedro Etxarri.
Además de dar cuerda, también se
realizaba, de vez en cuando, el engrase de las piezas. Periódicamente venían de
la relojería San Martin de Pamplona para revisar el ajuste de las diferentes
piezas.
Comenta Daniel que la operación
más delicada que realizaban era el cambio de hora siendo de distinta dificultad
el atrasar o adelantar.
Para dar cuerda, el reloj consta
de 3 puntos que se manejan con la misma manivela (las horas y cuartos, las
medias y las agujas del reloj) Cada uno de esos puntos tiene una duración
diferente que va desde las 36 horas hasta los 3 días del reloj. De cualquier
manera, una vez que subían al campanario daban cuerda a las 3.
El reloj estuvo funcionando
incansablemente desde 1913 hasta el 2006. En esta fecha el Alcalde decidió la
instalación de un reloj automático moderno con más funcionalidades y que no
requería un mantenimiento tan constante.
Desde entonces, permaneció
olvidado y abandonado en el campanario de la iglesia hasta que en Agosto del
2022 Carmen viendo el estado en que se encontraba habló con su cuñado Miguel Bañales quien decidió que había que restaurarlo.
Miguel Bañales contactó con unos aficionados
a los relojes de Pamplona Tomás Bendoiro y otro compañero que abordaron la
tarea de desmontar las piezas para poder bajar el reloj desde la torre.
Ignacio Asurmendi y Fernando Bañales hicieron la limpieza del
reloj y para las Navidades del 2022 el reloj estaba montado y listo para su
exposición.
Un accidente inoportuno en el año
2023 hizo que se estropearan las piezas del reloj y hubo que desmontarlo de
nuevo y proceder a su limpieza.
Esta última restauración empezó
en Mayo del 2024 y ha sido llevada a cabo por Ignacio Asurmendi que con
paciencia y dedicación lo ha dejado reluciente como el primer día que se
compró.
Ignacio con algunas de las piezas restauradas
Estos días se ha trasladado al nuevo Centro Escénico del Reyno de Artajona donde quedará expuesto durante una temporada. Su futuro destino será el museo que está previsto instalar en la Iglesia de San Pedro.
Además de su visión normal, que
es la frontal, conviene echarle una ojeada por sus laterales o parte superior
desde donde se puede apreciar la complicada y preciosa estructura de engranajes
que son necesarios para su funcionamiento (es un prodigio de ingeniería).
Hoy es un recuerdo de años pasados pero debemos reconocer el papel relevante que jugó en la vida de nuestros padres y abuelos. Disfrutemos viéndolo y enseñándolo a los que nos visiten.
Eskerrik Asko a Carmen, Ignacio y
Daniel


























